La labradorita iridiscente es una piedra altamente mística y protectora, portadora de luz. Eleva la conciencia y conecta con las energías universales. Esta piedra desvía las fuerzas no deseadas del aura e impide los goteos energéticos. Forma una barrera ante las energías negativas expulsadas durante la terapia. Puede llevarte a otro mundo o a otras vidas, siendo una piedra de sabiduría esotérica que facilita la iniciación a los misterios.
La labradorita alinea los cuerpos físico y etérico’, y permite acceder al propósito espiritual. Eleva la conciencia y asienta las energías espirituales en el cuerpo físico.
Esta piedra estimula la intuición y los dones psíquicos, incluyendo el arte de saber elegir el «momento justo», trayendo mensajes de la mente inconsciente a la superficie para facilitar su comprensión.
Psicológicamente, la labradorita disipa los miedos y las inseguridades, limpiado los residuos psíquicos de anteriores decepciones, incluyendo los experimentados en vidas pasadas. Fortalece la fe en el yo y la confianza en el universo. Retira las proyecciones de otros, incluyendo las formas mentales que han quedado enganchadas en el aura’.
La labradorita calma la mente hiperactiva y energetiza la imaginación, haciendo que surjan nuevas ideas. Equilibra el análisis y la racionalidad con la visión interna. Aporta contemplación e introspección. Sintetizando el pensamiento intelectual como la sabiduría intuitiva, es un a excelente disipadora de ilusiones que va a la raíz del asunto y muestra la verdadera intención subyacente a los pensamientos y las acciones. Esta piedra trae a la superficie los recuerdos reprimidos del pasado.
Es un compañero útil para atravesar los cambios que imparten fuerza y perseverancia. Una piedra de transformación, prepara el cuerpo y el alma para el proceso de ascensión.